
El matrimonio constituye una unión de dos personas que tiene por finalidad constituir una familia. Esta última es la base de la sociedad, claro está que con el tiempo ha variado mucho el pensamiento de formar una familia y sobre todo del matrimonio, puesto que las encuestas en diferentes países han demostrado que los jóvenes de hoy ya no se interesan por esta unión.
Es difícil no sentirse identificado, puesto que me sumo a estos jóvenes que no se han casado, pues en lo personal para mi el matrimonio no es un juego, no es obligación, sino más bien una unión entre dos personas que realmente están plenamente seguras de conocerse, de entenderse y además que se aceptan tal cual,… juntos serán capaces de enlazarse no solo físicamente sino asimismo mentalmente y esto se logra, según mi punta de vista a través de la convivencia. Quizás para algunas personas no les agrade mi postura y es aceptable y respetado por todos. Es por ello que he querido conocer el pensamiento de otras personas sobre este tema.
Aquí en chile en el último censo del 2002 los resultados mostraron que hay menos matrimonios y más parejas que conviven revelándonos que el porcentaje de personas casadas cayó de 51,8 en
El estudio de este antropólogo Carlos Eduardo Aramburú, nos revela que la convivencia de pareja “les permite (a los jóvenes) aprender a vivir juntos si son compatibles. Además puede servir como una forma de evitar el divorcio temprano”.
En ese mismo punto coincide el psicólogo Luis Venegas. “Una de las ventajas de la unión libre para las parejas jóvenes consiste en que si la relación llega a terminar, no será necesario pasar por los trámites engorrosos de un divorcio. Por lo general, los convivientes que terminan separándose se sienten reconfortados al no haber optado por casarse”, sostiene.
Venegas afirma, según su experiencia profesional, que cuatro de cada diez parejas jóvenes prefieren convivir en el Perú.
Aramburú señala que “el tema de la convivencia es bastante antiguo. En el mundo andino es muy frecuente el matrimonio a prueba. Se une, pero no se consagra la unión hasta el nacimiento del primer hijo. No es algo inventado por la sociedad moderna”.
Así que cuando nos digan “esto de convivir es de los jóvenes de hoy”, pues ya sabemos que no es así.
Una mujer me dijo: “Me case y hasta ahora sigo con mi marido, pero debo de reconocer que no quería casarme joven, sino más bien estudiar, trabajar y luego muy después casarme, pero por cosas del destino tuve un hijo…” Las mujeres que no realizan sus sueños viven con una frustración que les impide ser feliz completamente, paradójicamente algunas mujeres que no tienen hijos y trabajan sueñan con estar casadas y formar una familia, pero no han encontrado el hombre ideal que pueda entenderlas y no atosigarlas con su presencia, por otro lado también existen mujeres que conciben su vida solas, sin hijos, pues consideran esto una obligación, un rol que la sociedad impone. Buscan trabajo y pareja de puertas afueras, así lo han reflejado estudios sobre la nueva mujer.
Esto no solo se ha generalizado entre las mujeres puesto que el hombres, entre los que me incluyo, esperan tener un matrimonio entre los 40 años o más, puesto que quieren disfrutar de la vida y no dejar huellas irresponsables que después puedan atarlos y a odiar este vinculo, y me refiero a detestar la responsabilidad estrictamente a ello no al hijo, por que es lo mejor para un hombre ver en sus brazos una parte de él.
El sueño de la mayoría de las mujeres es entrar con un vestido hermoso, con flores elegantes en la iglesia, un banquete y buena atención para sus invitados… ¿o no? Quizás algo intimo, solo con la familia, una cena sencilla etc.
El matrimonio conlleva un enredo de actividades que puede causar una experiencia inolvidable y traumática, pero puede ser que valga la pena para una pareja que se ama y que piensa en un futuro prospero.